Una vez más, nos damos cuenta que el pantalón que tanto amábamos se vuelve en contra nuestra. Cuando estemos intentando enfundarnos en una camisa, hacer subir una falda por esos muslacos que aumentaron de tamaño "inesperadamente", o incluso cuando vemos que la camiseta tan sport que tenías empieza a marcar tus "curvas", no te alarmes.

 

 

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 Alarmarse sólo te lleva a la consecuencia de matarte de hambre con alguna de esas dietas milagro y machacarte en el gym como si tu vida dependiera de ello.


Sólo haz ejercicio. No te metas 5 horas en el gym, porque no está hecho para tí si no eres un profesional. Con que corras media hora al día, camines a paso ligero una horita, o incluso, si saltas a la comba de 10 a 20 minutos al día, tu cuerpo te lo agradecerá. Al meter ejercicio en tu rutina, ya estás quemando más calorías y le estás metiendo un trabajo de esfuerzo al que no suele enfrentarse.  

 

 

En cuanto a la alimentación, come varias veces al día, de 5 a 6 veces, o si tu cuerpo lo necesita, cada dos horas o dos horas y media. Tu cuerpo es muy listo, si ve que comes cada seis u ocho horas, entra en estado de alarma y empieza a retener TODO lo que pueda por si estás pasando una época de escasez y mantenerte vivo. Si comes cada dos horas, eso sí, algo saludable y no siempre tortilla de patatas, tu cuerpo pensará que vives en la abundancia y empezará a transformar todo en energía ya que no le hace falta retener alimento y convertirlo en grasas. Lo mismo pasa con el agua, si bebes poca agua, tu cuerpo creerá que vives en el desierto mínimo y la retendrá (de ahí la retención de líquidos), pero si bebes de forma regular lo irá soltando porque no le hace falta y tu cuerpo se deshinchará, perderá volumen. 


 

 Ya sabes: come varias veces al día, bebe mucha agua y salta a la comba un rato. En una semana notarás resultados satisfactorios. 

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