Es una de las cosas más sencillas del mundo. Es cierto que para que te quede profesional, tienes que tener una base y una práctica, pero para saber cómo aerografiar un casco de moto, no hay que ser un manitas.

 

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Lo primero que necesitamos hacer es desmontar todas las piezas que lo componen para que no estorbe, ya que la parte que nos interesa es la parte más grande, que hará de lienzo. Si no podemos desmontarlo, cublirlo con una bolsita si es necesario de manera individual y lo sellamos con cinta asilante, así no se manchará.


Cogemos una lija y lo repasamos por todas las partes del casco, así provocaremos que todas las partes se nivelen y los restos de pintura se eliminen. Lugo, le damos una capa de imprimación, en blanca. Puedes conseguir el imprimador en ferreterías.


Cuando lo tengamos todo cubierto, lijado y suave, pasamos un trapo para quitarle los restos de polvo y empezamos a dibujar. Primero hacemos un dibujo a lápiz y si hace falta escribimos dentro del mismo, los colores que querremos emplear.


Más adelante, cogemos el aerógrafo y a una distancia adecuada, empezamos a colorear. A medida que te acercas, el color queda más centrado, si lo alejas, el color se dispersa. Si no tienes mucha práctica y no sabes por donde irá el color, prueba con un color sencillo y aquellas partes que no quieras colorear, cúbrelas con un poco de cinta, así el coloreado será limpio.


Cuando hayas terminado, échale una capa de pintura en spray, para darle un aspecto más profesional y protegerlo.


Déjalo secar un día entero y en un sitio aireado, porque sino, cuando te pongas el casco apestará y te puede dar un mareo.


Así que ya sabes, ve cogiendo experiencia y práctica. Ya verás cómo cada vez es más fácil.

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